El eterno debate
- Julio Collado - @jcollado_4
- Mar 15, 2016
- 2 min de lectura
Cada año llega un punto de la temporada de fútbol en España dónde se genera un debate que demuestra más bien poca seriedad. La Copa del Rey tiene a sus dos finalistas, ahora la única pregunta es dónde se jugará la final. Un debate que bajo mi punto de vista no debería existir, visto como los últimos años se ha ido realizando hasta llegar a extremos ridículos.

Entiendo que se prefiera un estadio con la máxima capacidad posible o que quede a buena distancia entre las ciudades de los finalistas, pero al fin y al cabo acaba conllevando más problemas. Esto repercute en que en los últimos años casi siempre se juega en los mismos estadios, el Calderón o el Bernabéu en Madrid, Mestalla en Valencia o el Camp Nou en Barcelona. La final de Copa del Rey debería estar previamente establecida como hacen en competiciones europeas. De este modo no existiría tanto debate, ni excusas como no querer que se juegue en tu casa, no querer que tu eterno rival gane un título en tu campo, que un estadio no pueda ser porque tiene un concierto, etc.

Una opción que creo que enriquecería más la competición es aprovechar la final, como se hace en la Copa del Rey de baloncesto o en el All Star de la NBA, para homenajear a un estadio o una ciudad y trasladar allí la fiesta del futbol y la Copa. Por ejemplo, un año en el Pizjuán y homenajear la ciudad de Sevilla y al equipo (5 veces campeón), otro año en Riazor para homenajear a La Coruña y al Deportivo (2 veces campeón), otro año en el Calderón para homenajear a la ciudad de Madrid y al Atlético (10 veces campeón), otro año en La Romareda para homenajear a Zaragoza y al conjunto maño (6 veces campeón) y así con las diferentes ciudades y equipos representativos del país. También en ciudades y campos de menor categoría pero igual de emblemáticos, como El Sardinero o el Molinón, que a pesar de que Racing y Sporting no han ganado nunca la Copa del Rey se merecen un homenaje porque son clásicos del futbol español. Porqué la final de Copa debería ser la fiesta del fútbol español.
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