Malabares y excentricidades del arte futbolístico

Qué decir del estimado deporte amado por tantas personas en el mundo. En las Islas Británicas más medievales empezaba a nacer un juego que para muchos se convertiría en una gran pasión donde un objeto esférico volvería locos a millones de aficionados. Pero que más da, eso ya es historia. Como todo en la vida, el fútbol también ha evolucionado y en este caso en particular de qué manera. Para unos es un deporte, para otros un pasatiempo y para la mayor parte de los esnobs de este país, es solo un simple y sencillo negocio. Tal vez sí, puede ser una transacción económica, donde como en todos los lugares de este planeta el dinero mueve el mundo. Pero dejando a un lado las típicas y a la vez tópicas manías y clichés futboleros, centrémonos en la última y curiosa excentricidad que ha aparecido en este ultimo siglo y que rodea al fenómeno fútbol.

Es sinceramente curioso que a estas alturas de la evolución futbolística se cuestionen según que cosas. Ahora, en pleno siglo XXI , se empiezan ha difamar algunos actos que tienen una inmersa relación con lo que para muchos es un arte y una diversión. Aquellos que disfrutamos con la inspiración y la destreza que implica dicho arte, vemos y sobretodo escuchamos que hacer alguna filigrana con el balón para eludir un contrario se convierte en un descrédito mundial para según que sectores de la meseta española. Es mejor decirlo que dejar en el aire libres interpretaciones. Hablo de la mala gestión que se utilizó para hablar de los malabares que hizo Neymar. Nombro al jugador brasileño porque es el caso más reciente, pero desde mi parecer no importa el color del club o la bandera a la cual represente.

Aquí el punto se centra en quien lo hace. Seguramente si esos regates los hubiera hecho Cristiano Ronaldo otro gallo cantaría. Los medios de comunicación de la capital española no tendría ningún tipo de reparo en elevar ese tipo de quiebros a la altura de una divinidad y al mismo tiempo se llenarían la boca de delirios de grandeza, como ya hacen con otros temas. Es evidente, aquí el problema lo tienen ellos. Si por mi fuera yo no tendría ningún inconveniente en que cualquier jugador, fuera del equipo que fuera, hiciera ese tipo de amagos. Pero el mundo del fútbol está tan perturbado que ha llegado un punto en que solo mandan los gigantescos altavoces informativos que emiten desde el centro de la península. Pero me reafirmo, aquí el problema lo tienen ellos. Sino les gusta la puerta estará siempre abierta o en el peor o mejor de los casos, según se mire, que apaguen la televisión y que se dediquen a injuriarse a ellos mismos. Como decía aquel: “Que n’aprenguin!” que algunos y algunas seguiremos muy tranquilos y disfrutando tres veces más que otros. Por favor, no seamos ingenuos y busquemos a todo aquello que no nos guste una polémica para debilitar al adversario. El fútbol es mucho más que eso.